Carta enviada a los medios

Cuando una sociedad se plantea la eliminación de los más débiles sin ofrecer una alternativa a cambio, esa sociedad está enferma. Cuando una sociedad ve peor que se fume delante de un niño que una menor de 16 años aborte al hijo que lleva en su seno, esa sociedad está enferma. Cuando al asesinato de un anciano con la excusa de evitarle el sufrimiento (¿de quién?) se llama 'muerte digna', esa sociedad está enferma. Una sociedad que llama 'ampliación de derechos' a la posibilidad de matar a un niño hasta días antes de su nacimiento porque no es 'perfecto', esa sociedad, decididamente, está enferma. Y esa sociedad es la nuestra. Dentro de unos años, porque no somos originales y siempre a la barbarie han querido llamarla 'progreso', nuestros nietos aborrecerán estas leyes, se preguntarán (como lo hacemos nosotros hoy con la Inquisición o la Guillotina) cómo fue posible que llegasemos hasta esos niveles de ignominia. ¿Cómo es posible que no nos demos cuenta? ¿Cómo es posible que no despertemos?

Nota: ha sido publicada (que sepa) en Libertad Digital y la Estrella Digital

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